Cuando siento que el mundo en el que vivo me ahoga, el bullicio de la gente, los carros, me gusta ir a un lugar donde puedo sentir el viento puro sobre mi rostro, escuchar el canto de los pájaros, el sonido de los arboles cuando el viento sopla, dejar que mi mente calle y mi corazón hable, despejar mi mente.
Estar en comunión con la naturaleza.
lunes, 15 de agosto de 2011
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